Como padres, cuando pensamos en la colaboración, a menudo tenemos imágenes de nuestros hijos trabajando en un proyecto grupal. Pero hoy, la colaboración es mucho más rigurosa e implica:
- conectarse auténticamente con los demás;
- reconocer que las personas son diferentes y saber cómo trabajar a través de las diferencias;
- persuadir (¡no exigir!) a la gente para que escuche sus pensamientos, ideas y propuestas;
- ser sensible a las emociones y pensamientos de los compañeros de equipo; y
- poner el rendimiento del equipo por encima del éxito individual.
La colaboración es lo que impulsa la acción. Y la raíz de la colaboración es trabajar en equipo.
La colaboración significa trabajar juntos a través de las diferencias para lograr un objetivo común. Los grandes colaboradores sacan lo mejor de otras personas, las inspiran, se coordinan con ellas y las persuaden para que compren ideas.
Cuando los equipos trabajan bien juntos, se eleva la contribución de cada miembro del equipo y se mejora el resultado de un proyecto. En el mundo empresarial, la colaboración ofrece a las empresas una ventaja competitiva. Los equipos superan a los individuales tomadores de decisiones el 66% del tiempo. Cuando el trabajo colaborativo incluye equipos diversos que involucran diferentes edades, géneros y ubicaciones geográficas, ese porcentaje aumenta al 87%. Pero, dado que tendemos a ser una cultura competitiva, la colaboración no ocurre de forma natural. Al enseñar las habilidades de colaboración en casa, está ayudando a su hijo a desarrollar un hábito que continuará construyendo a lo largo de su vida.
Año tras año, los informes publicados por la National Association of Colleges and Employers, el Foro Económico Mundialy LinkedIn, entre otros, describen un puñado de Habilidades universales que los empleadores y las universidades califiquen constantemente como los más importantes para los futuros candidatos a puestos de trabajo. Estas habilidades universales incluyen adaptabilidad, colaboración, comunicación, creatividad, pensamiento crítico y resolución de problemas. Si bien todas estas habilidades son invaluables para el éxito de nuestros niños en la escuela y en el futuro, se vuelven aún más poderosas cuando se construyen unas sobre otras. La capacidad de aprovechar estas habilidades permitirá a nuestros niños adaptarse en entornos que cambian rápidamente. Y el que tiene la mayor recompensa es colaboración.
La colaboración como familia ocurre todo el tiempo. Estás configurando un grupo metas quieren lograr juntos. Aproveche estas oportunidades del mundo real para desarrollar esta importante habilidad centrándose en estas cuatro cosas.
Colaborar, comunicar
La colaboración eficaz depende de una excelente comunicación. Articular metas claras desde el principio y con frecuencia mantendrá a su equipo familiar concentrado en la tarea. Y dar a cada individuo una voz y la oportunidad de usarla permite que todos los miembros de la familia participen plenamente. Pero la comunicación no significa solo dejar que los miembros del equipo hablen; Ser un gran comunicador también significa ser un buen oyente activo.
¿Cómo?
- Escuche sin interrumpir ni ofrecer su opinión de inmediato.
- Dé el tiempo adecuado para que cada persona se exprese.
- Establezca la expectativa de tener la mente abierta mientras se escuchan unos a otros.
- Use estos iniciadores de oraciones para demostrar que estaba escuchando:
- Me di cuenta…
- Me pregunto…
- Resuelva los problemas tanto como sea posible junto con los niños.
Acuerda estar de acuerdo, llegar a un consenso
Toma decisiones por consenso. ¿Por qué? Contribuye a una colaboración eficaz.
- El consenso como proceso obliga a las personas a aprender cómo llevar adelante una idea, desarrollar una propuesta, obtener aceptación y llevarla a cabo.
- Si alguien no está de acuerdo, obliga a esa persona a aprender a ser constructiva y a trabajar con los demás para hacer una propuesta mejor o diferente.
El consenso no significa que todos se saldrán con la suya, a menudo nadie lo hará, y no significa que todos serán felices. Pero sí significa que todos son parte de la decisión.
Para llegar a un consenso como familia, haga una Cuadrícula de decisiones una herramienta doméstica. Si bien ciertas decisiones finalmente llegarán a los padres, los niños pueden convertirse en parte del proceso de toma de decisiones.
Descargue nuestro ejemplo de Decision Grid para probarlo.
Asumir la responsabilidad, rendir cuentas
Los equipos que colaboran bien se registran con frecuencia para compartir comentarios, observaciones, aliento y sugerencias. Pero cada individuo es responsable de su propio papel. Puede parecer contrario a la intuición, pero la colaboración requiere autodirección. Un niño autodirigido se hace cargo de su papel en el equipo, y el confianza desarrollado a través de la autodirección puede impulsar a otros miembros del equipo mientras se apoyan entre sí.
Haga que su hijo practique respondiendo estas preguntas cuando asuma una nueva colaboración:
- ¿Qué me importa?
- ¿Que sé yo?
- ¿Qué es lo que no sé?
- ¿Cuáles son mis puntos fuertes?
- ¿Qué necesito mejorar?
- ¿Qué puedo aportar al equipo?
“Los colaboradores exitosos conocen sus fortalezas y dónde deben mejorar. Saben lo que aportan a su equipo porque se conocen a sí mismos: quiénes son, qué les importa, qué saben y qué no saben ”.
- Diane Tavenner, directora ejecutiva y cofundadora de Summit Public Schools, autora de Preparado: lo que los niños necesitan para una vida plena
Conectarse entre sí, practicar la empatía
La empatía es cómo hacemos conexiones. Es la base para actuar éticamente, construir buenas relaciones, amar bien y vivir una vida exitosa. En el mundo empresarial, la empatía se considera uno de los cinco esenciales rasgos de personalidad de cada líder.
La empatía es un sentimiento con las personas. Se construye confianza, y si confía en aquellos con los que colabora, no les pisará los pies mientras cumplen con sus responsabilidades. Practicar la empatía resuelve el deseo de tomar el poder y promueve el compromiso con el resto del grupo.
"Lo que realmente te convierte en un gran jugador de equipo es que puedes ser muy sensible a las emociones y pensamientos de otras personas en tu equipo y que puedes poner el rendimiento del equipo por encima de tu propio éxito individual".
—Ángela Duckworth
Profesor de Psicología en la Universidad de Pennsylvania y cofundador y CEO de Laboratorio de personajes